Antonio Boccino es miembro del Círculo FACM de Nápoles y alumno del Diploma de Experto Universitario en Sociedades Mediterráneas: Ciudadanía y cambios sociopolíticos en el Mediterráneo. También es miembro de la Asociación Peripli, y nos habla de la situación migratoria en Italia.
Fundación ACM: ¿Cómo es el trato que se les da a las personas migrantes y refugiadas que llegan a Italia?
Antonio Boccino: Siempre es una cuestión política y cultural. Ha habido cambios en los últimos meses por el nuevo gobierno de extrema derecha de Italia. En los últimos años la cuestión migratoria siempre ha sido relacionada por los políticos con problemas de orden público.
Italia está en el centro de las rutas migratorias y es el destino principal de personas que vienen de países como Túnez o Libia, y también es una de las rutas más peligrosa. Desde los años 90 han muerto más de 25.000 personas en esta ruta en el Mediterráneo.
Fundación ACM: ¿Italia es el páis de destino de las personas migrantes o es país de entrada en Europa?
Antonio Boccino: Para muchos es un país de entrada a Europa, luego van a países como Francia o Alemania. También hay mucha gente que decide quedarse en Italia, pero la mayoría se van.
Ahora en Italia es muy reciente la medida del gobierno italiano de poner trabas a los barcos de las organizaciones que ayudan a las personas migrantes en el Mar Mediterráneo. A veces están muy lejos de las zonas de rescate y no tiene sentido, no sigue las leyes internacionales.
Fundación ACM: ¿Cuál es la situación de los menores migrantes y refugiados que llegan a Italia? ¿Hay algún protocolo para ellos?
Antonio Boccino: Hay un protocolo establecido para los menores migrantes que llegan, pero el problema es la aplicación de ese protocolo, que depende del gobierno. El trabajo de las organizaciones es cada vez más difícil porque no tienen un apoyo por parte del gobierno. Por eso es muy importante trabajar en la parte cultural con la población, ya que solo a través de ese medio puedes cambiar las políticas.
Las personas migrantes pueden pedir la condición de refugiado, pero siempre está sujeto al trabajo de las administraciones. Aunque Italia esté participando en acuerdos internacionales, desde las administraciones saben que pueden demorarse haciendo las entrevistas, dando respuestas…
Fundación ACM: ¿Cuáles son las principales ciudades a las que llegan estas personas?
Antonio Boccino: Las rutas principales de migración son de Libia y Túnez a Italia, a través de las islas, como Lampedusa, por su cercanía con Túnez. Después de llegar a la isla intentan ir a la península.
Por la parte este del país, la de los Balcanes, las personas entran por la región de Apulia, aunque los controles desde Grecia son muy fuertes.
Fundación ACM: ¿Qué actividades hacéis en la Asociación Peripli?
Antonio Boccino: Hace años que colaboramos con el círculo FACM de Alicante y organizamos algunos eventos y actividades de intercambio de cultura para gente joven. Participa sobre todo gente de Italia, pero también hay gente extranjera. Por ejemplo, tenemos un taller de teatro con algunos centros personas refugiadas de Nápoles. Es muy interesante porque está enfocado en la distancia entre culturas y las personas refugiadas y las locales, y se centra en la comunicación.
La idea es partir de una palabra, ya que en todo el mundo podemos encontrar palabras que son muy difíciles de traducir y necesitan de más recursos que una sola palabra, como la expresión corporal, para hacer su traducción. Por tanto, se les pide a los participantes que compartan una palabra de su país que sea de ese tipo. Es una forma interesante de acercarse a otras culturas y de utilizar el arte como una forma de comunicarse.
El problema de las políticas de migración del gobierno actual es que cambia la forma de acercarse a las personas migrantes de la sociedad, y eso se ve reflejado en el discurso público. Por eso creo que es muy importante hacer talleres o actividades que ayuden a cambiar ese discurso y que proporcionen a las personas extranjeras la posibilidad de expresarse en su lengua.