Reichel Rincones llegó con sus padres a España a los 15 años, debido a la inestabilidad política de su país, Venezuela. Primero la familia estuvo unos meses en Alemania, pero debido a dificultades con el idioma, decidieron mudarse a España y pidieron asilo político. Estuvieron un año en el CAR de Mislata de Valencia. Desde que salió de Venezuela, Reichel ha tenido que vivir situaciones de bullying y racismo que le han llevado a tener problemas de ansiedad y depresión. Ha estudiado Atención a Personas en Situación de Dependencia y Educación Infantil para poder ayudar apersonas que se encuentran en una situación como la suya.
Fundación ACM: ¿Cómo llegaste a España y en qué año? ¿Viniste con tu familia o sola?
Reichel Rincones: Yo llegué primero a Alemania, en 2018, por la situación de mi país, porque en Venezuela siguen las guerras políticas, con el tema de la política de Maduro. Estábamos pasando por un mal momento, a veces no teníamos ni siquiera para comer, y necesitábamos salir ya. Mi padre se fue primero a Alemania, duró 6 meses trabajando, luego nos fuimos mi madre y yo y duramos como 5 meses en Alemania. No nos gustó por el idioma, yo lo aprendí muy rápido, pero mi mamá y mi papá no se sabían desenvolver muy bien con el alemán. Entonces mi madre buscando se dio cuenta que aquí en España daban asilo político. Compramos un pasaje, pedimos asilo político, estuvimos en Madrid un mes y medio o algo así viviendo en un hostal mientras nos asignaban una plaza. Luego nos salió la plaza a aquí a Valencia, el Car Mislata, donde estuvimos viviendo como un año, y luego a pudimos alquilar nuestro piso, donde estamos ahora. Fue un proceso muy largo, realmente en todos los sentidos, tanto para estudiar, para vivir, para trabajar, para los documentos… todo es un proceso demasiado largo. Pero en todo ese tiempo ya tengo 5 años aquí en España,
Fundación ACM: En Madrid, ¿quién os estaba ayudando?, ¿sabes qué organización era?
Reichel Rincones: No lo sé, porque no recuerdo el nombre, pero era como un hostal en pleno centro de Madrid, con más personas migrantes. Cada uno tenía su habitación y luego ya iban asignándole plaza donde tenían que ir. Algunos iban a Vigo, otros se iban a Córdoba, otros iban a Sevilla, o sea, no tenían un lugar específico donde ir. Mi madre siempre prefirió Valencia porque en Venezuela hay una parte que se llama Valencia, y ella quería estar como un poquito cerca, por así decirlo, y siempre le gustó Valencia por la playa, por el por el clima, las personas, y justamente nos asignaron aquí.
Fundación ACM: ¿Cuántos años tenías en ese momento?
Reichel Rincones: Yo cumplí 15 años en el hostal.
Fundación ACM: ¿Durante ese tiempo en Madrid pudiste estudiar?
Reichel Rincones: No, no, no. Cuando yo llegué a Alemania estudié durante dos meses, pero el tema del alemán se me hacía súper difícil. Aun así, como sé hablar inglés básico me desenvolvía con el inglés y el alemán lo intercalaba entre los dos. Cuando me vine aquí a España, duré, creo que dos o tres meses sin estudiar, porque no tenía papeles. Cuando me vine al CAR Mislata fue cuando me matricularon.
Fundación ACM: ¿Cómo fue la estancia en el CAR Mislata?
Reichel Rincones: Bien, me gustó bastante, nos trataron excelente y nos hicieron sentir como en casa. Nunca nos faltó nada. Vivíamos en una habitación de 3X2 y éramos 3 personas. Yo no tenía privacidad, mis padres tampoco, entonces es complicado. Porque aparte no puedes tener televisión, no puedes tener espejos…
Fundación ACM: ¿No puedes tener espejos?
Reichel Rincones: No porque en cualquier pelea, si rompes el espejo puedes apuñalar a alguien. Entonces, claro, estaba prohibido tener espejos.
Pero fue difícil porque caí en depresión porque no conocí a nadie, no tenía amigos, estaba empezando a estudiar y el tema del bullying en España es difícil.
En Alemania me hicieron bullying por mi color de piel y porque no sabía hablar alemán, cosas como que no me dejaban hablar porque era inmigrante y la gente se reía cuando me interrumpían. Aquí en España no tanto, pero fueron como micro abusos, por ser inmigrante, por mi color de piel, por el hecho de yo ser morenita ya la gente eso les llama la atención. Pero sí, yo caí en depresión, Aquí en España es súper difícil porque para pedir una cita en la Seguridad Social con un psicólogo tienes que pasar tiempo, entonces ya eso es como que me desestabilizo un poquito. A raíz de todo lo que he pasado durante Venezuela, Alemania y España, yo sufro de ansiedad y depresión. Yo, jamás en mi vida pensé que yo cuando tuviera 20 años iba a sufrir depresión.
Fundación ACM: Durante ese tiempo tus padres estaban esperando a que se resolviera la solicitud de asilo.
Reichel Rincones: Estábamos con lo del asilo político, teníamos la hoja blanca. En ese momento existía la tarjeta roja, que decía “autoriza a trabajar” o “no autoriza a trabajar”. Entonces estábamos esperando que nos dieran todo ese proceso para que ellos pudieran trabajar. Pero mientras estábamos en el CAR no se puede trabajar porque si no te quitan la ayuda.
Mi papá sí trabajaba en negro para poder conseguir dinero porque era primordial. En el CAR daban una mensualidad, que nos alcanzaba, ellos igualmente nos daban el jabón, nos daban toallas, nos daban comida, no nos hacía falta lo primordial, las necesidades básicas lo teníamos cubiertas. Pero si queríamos salir a comprarnos algo más o comer fuera en familia no teníamos. Entonces teníamos que buscarnos un poco la vida por otro lado.
Fundación ACM: ¿A qué se dedicaban tus padres en Venezuela?
Reichel Rincones: Mi mamá y mi papá eran comerciantes porque trabajaban en un centro de lotería. Mi mamá era vendedora y mi papá era el de las apuestas.
Fundación ACM: ¿Y aquí?
Reichel Rincones: Mi papá es obrero, es peón de construcción. Y mi madre es enfermera, se sacó aquí el título.
Fundación ACM: ¿Eres hija única?
Reichel Rincones: No, tengo un hermano y una hermana que son mayores y se quedaron en Venezuela esperando que nosotros pudiéramos reunir el dinero para traerlos con nosotros. Mi hermana se quedó embarazada y se vino para acá.
Fundación ACM: ¿Te matricularon en el colegio de Santa Cruz?
Reichel Rincones: El Santa Cruz fue la mejor decisión que pudieron haber tomado desde el CAR Mislata. La pasé muy bien, conocí a personas excelentes hasta el día de hoy, mi mejor amiga la conocí ahí. Ella es venezolana también, pero estuvo en un proceso diferente al mío porque ella estuvo en el asilo político, pero en casa propia.
Me gradué de cuarto de la eso en el Santa Cruz. Aquí los estudios son totalmente diferentes a los de Latinoamérica, son más intensos. Aunque realmente aquí en España me saltaron un curso más por mis notas, y había cosas que daban que yo no había visto y necesité un tiempo para saber lo que estaba haciendo, y a veces me constaba. Incluso, hubo un tiempo en el que me comportaba de una manera terrible con todo el mundo, y era por el cúmulo de cosas que tenía y que no sabía cómo gestionar. Entonces en un momento ya me dije, “céntrate porque no te voy a llevar nada”, y al final me gradué con una buenísima nota.
Fundación ACM: ¿Después seguiste estudiando?
Reichel Rincones: Un ciclo medio porque el bachiller me dijeron que era muy difícil. Yo quería tener una carrera para poder empezar a trabajar y generar ingresos porque era necesario. Entonces lo que hice fue hacer un ciclo medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia durante 2 años y luego hice Educación Infantil y hasta hace poco me gradué de educadora infantil, para poder ayudar apersonas en mi misma situación.
Fundación ACM: ¿Y quieres seguir estudiando o buscar trabajo?
Reichel Rincones: No, ahorita quiero centrarme en el trabajo. Porque mientras más estudias más pasa el tiempo y más suben las cosas, por ejemplo, ahorita los precios del alquiler están por los cielos y para nosotros los inmigrantes es súper difícil conseguir un alquiler de casa por las exigencias.
Fundación ACM: ¿Sientes que has tenido o que tienes las mismas oportunidades o posibilidades que una persona que ha nacido aquí?
Reichel Rincones: No, no y no va a pasar realmente porque se nota la diferencia mucho. Por lo menos yo lo noto que soy joven. No las tienes en ningún ámbito ni laboral, ni de estudiar ni nada. O sea, no tienes nada, ni siquiera es lo que te acabo de decir ni para conseguir un piso. Incluso con las ayudas del gobierno hay diferencias.
Fundación ACM: ¿Para quién crees que ha sido más complicado este proceso, para tus padres o para ti?
Reichel Rincones: Para mí. Para ellos también, porque obviamente el tema de la búsqueda de trabajo, el cambiar de país, llevas toda una vida en Venezuela y de repente tienes que cambiar y venir aquí y trabajar de otra cosa que no era lo que ellos trabajaban, el sueldo, las cosas caras. Pero obviamente para mí más porque yo era adolescente.
Fundación ACM: ¿Qué les dirías a gente joven como tú que quiera venir de Venezuela a España o a Europa?
Reichel Rincones: Que los cambios son difíciles, pero siempre son buenos. Que España abre las puertas a muchísima gente en todos los sentidos, es difícil, lleva su proceso también, pero no es imposible.
A mí me gusta mucho España. He pensado en mudarme por el tema del dinero, obviamente porque a lo mejor en otros países ganas más, tienes más oportunidades y tal, pero yo en España estoy súper cómoda.
Fundación ACM: ¿Cómo ha sido tu proceso psicológico? ¿Sientes que has tenido ayuda?
Reichel Rincones: No, no. Mi proceso psicológico va de mal en peor digo yo, pero porque me han pasado muchas cosas, tanto con chicos como en mí. Yo siempre, desde pequeñita he sufrido de baja autoestima porque yo era muy gordita. Entonces cuando llegas aquí y ves esas mujeres que tienen un cuerpo escultural y empiezas con las comparaciones y te haces daño a ti. Recién llegada aquí en España me enamoro de un chico, que era precioso, y cuando le fui a decir que él me gustaba, me dijo que yo no le gustaba porque era negra. A mí me dio un dolor en el corazón, pero yo no lo entendía, yo me lo tomé a mal, porque obviamente era una niña.
Fundación ACM: ¿Te ves volviendo a Venezuela?
Reichel Rincones: De vacaciones para ver mi familia porque todavía tengo familia en Venezuela, pero no me quedaría a vivir. Es que después que tú pruebas otro país, otra cultura, la tortilla de aquí, yo no puedo volver allá.



















