Morad Dahbi: “Ahora tenemos una sociedad mucho más racista, mucho más ignorante y mucho más desinformada en relación con la aportación de las personas migrantes”

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Fotografía cedida por Morad Dahbi

Morad Dahbi, de 31 años, llegó a España a los 8 años con sus tías en busca de mejores oportunidades, procedente de Marruecos. A su llegada, los primeros meses tuvo que enfrentarse a barreras como el idioma y a trabas burocráticas que le impidieron tener las mismas posibilidades que un niño nacido en España. Conoció Sevilla Acoge cuando tenía 15 años y después de haber sido beneficiario, voluntario y haber recibido formación, ahora trabaja como Integrador Social en la misma entidad con niños y jóvenes en riesgo de exclusión social.

 

Fundación ACM: ¿Cómo fue tu llegada a España? ¿Cuántos años tenías?

Morad Dahbi: Yo no quería venir a España con 8 años porque yo disfrutaba, como cualquier niño a esa edad, iba al cole con mis amigos y estaba feliz, no tenía preocupaciones propias de los adultos. Para mí fue un choque bastante importante, primero porque no quería venir, segundo por mi entorno, las amistades, y luego por la familia, siempre ha cuidado de mi abuela y siempre he tenido un vínculo muy grande con ella.

Vine aquí con mis tías, que llevaban 20 años viviendo en Sevilla, porque ellas consideraban que lo mejor para mí era estar en España, por el tema de los estudios, de derechos, y oportunidades. Aunque cuando vas creciendo eso es relativo, porque al final hay derechos y oportunidades, pero ¿hasta qué punto les llegan a las personas que tienen mayor dificultad o vulnerabilidad que otras? Esos derechos al final dependen de muchos factores que no se cuenta. Siempre dicen que Europa es la tierra de las oportunidades, pero hasta llegar tienes que pasarlo bastante mal.

Y el método de llegada fue con un pasaporte que no era el mío realmente, era de otro niño pequeño. Yo no vine en patera porque no quería arriesgar mi vida, teniendo en cuenta que he venido por una necesidad, sino por un deseo familiar realmente.

Fundación ACM: ¿Y cómo fue la llegada y el proceso de adaptación y al idioma?

Morad Dahbi:  No sabía absolutamente nada de español. Los primeros 5 meses han sido, de los 20 años que llevo aquí, prácticamente de los más difíciles. Porque ahí es donde impacta mucho no saber el idioma, no conocer la cultura de un sitio nuevo para ti, y obviamente no te puedes relacionar, si no tienes el idioma.

Además, yo estuve esos meses sin estar matriculado en el colegio, por razones burocráticas, de papeleo, no era porque no tuviese NIE. Yo estuve 8 años sin tener NIE porque mi padre vivía en Marbella y yo vivía con mis tías. Eran más cuestiones de quien es el responsable del niño, con quien vive y eso dificulto un poquito la entrada al colegio. Durante esos meses tuve mucho tiempo libre y no pude hablar absolutamente con nadie. Fueron 6 meses en los que yo no quería estar aquí, yo quería volver, pero en el punto en el que estaba eso ya no era una posibilidad.

Fundación ACM: ¿Cómo es posible que haya niños que llegan como migrantes y refugiados y en una semana ya están matriculados y otros tienen que esperar meses?

Morad Dahbi:  Eso es política pura y dura, no hay más. Si Marruecos entra mañana en guerra y Occidente se lleva la medallita por acoger a niños marroquíes, al día siguiente están matriculados. Esto funciona así. Si los expertos dicen que es lo más recomendable, también es recomendable para niños de Marruecos y para niños de todas partes. Ahora mismo tenemos, por desgracia, la situación de Ucrania, que ocupa el mapa mundial. Entonces a España no le conviene tener malos datos, o mala gestión en la matriculación de esos niños. Porque quieras o no al final España también tiene un objetivo, que es luchar por una buena imagen internacional.

Lo mismo sucede a la hora de adquirir la documentación entre personas latinas y personas africanas. Yo, por ejemplo, después de obtener el NIE, tengo que esperar 10 años para obtener la nacionalidad y los latinos tienen que esperar dos. ¿Por qué? Política pura y dura.

A España no le conviene tener una imagen negativa a nivel internacional o de Europa, de qué se esté gestionando mal la acogida de estos niños ucranianos. Pero un niño que viene de Marruecos, que su familia no habla español, que no tienen ni idea…pues tampoco hay tanta prisa, ni hay tantos recursos. Los recursos deberían existir en los centros educativos como, por ejemplo, personas que hagan acompañamiento, interpretación, traducción, que faciliten un poquito la cercanía de las familias migrantes que a lo mejor no tienen tanta información de las instituciones. Y así se facilitaría mucho las cosas.

Fundación ACM:  Desde que llegaste hasta ahora, ¿qué cambios crees que ha habido?

Morad Dahbi: En aquella época el idioma era un recurso que nos facilitaba la comunicación, el factor relacional para hacer amigos. No tener ese recurso es una barrera, a la que también hay que sumar la barrera de que cuando tú vienes de un país latinoamericano o de un país africano ya por defecto te bajan de curso, porque algunos expertos determinan que el nivel académico español no se ajusta curso por curso al de los niños que vienen de esos países.

Ahora mismo la situación está muy complicada, los cambios no han sido tampoco tan positivos para niños y niñas inmigrantes que lleguen y más con el auge político. Porque quieras o no si la gente ve una pancarta de VOX donde diga que a tu abuela le están quitando los inmigrantes las pensiones se lo van va a creer. Desgraciadamente la sociedad en un buen porcentaje es bastante ignorante. Ahora tenemos una sociedad mucho más racista, mucho más ignorante y mucho más desinformada en relación con la aportación de las personas migrantes.

Y esos son datos, no es ninguna acusación. Si tú le preguntas a 10 personas que viven aquí, 8 no tienen ni idea de lo que aporta un inmigrante a las arcas españolas, y tampoco lo que dejaría de aportar si no estuviera aquí, que ahí se preocuparían mucho más. Las personas no son conscientes de esto porque hay una red política a la que no le interesa que la sociedad lo sepa, que está apoyada principalmente en los medios de comunicación, que son los transmisores de toda la información.

Eso es lo que hace es complicar más la situación de las personas migrantes y de los jóvenes migrantes, y dificulta mucho que alcancen sus metas y obviamente repercute en su rendimiento. Muchas veces decimos que los inmigrantes no estudian, no tienen un buen rendimiento, pero en realidad, los inmigrantes no tienen los mismos recursos y tienen otras dificultades. Lo que se vio en la pandemia es que la mayoría de las familias con las que trabajamos nosotros no tienen ordenador, Tablet o internet. Alguien se tiene que preocupar de esas familias y de esos niños que no tienen esos recursos. Entiendo que la situación se ha dado de una forma, que no se ha podido evitar, pero yo sí pienso que el Estado debería tener un plan B para para estos niños y niñas porque al final, si un niño inmigrante por sí ya tiene muchas dificultades. Sí está cuatro meses o 5 meses sin recurso ninguno en su casa, eso le puede suponer un impacto psicológico y emocional bastante grave que luego repercutirá mucho más en su evolución académica.

Fundación ACM: ¿En qué momento decidiste dedicarte al sector en el que estás actualmente y ser trabajador social?

Morad Dahbi: Bueno, yo la conocí por casualidad, porque yo vivo en Macarena, que es un barrio en el que vive el 23% de personas migrantes. En aquellos años, había un gran conflicto de convivencia entre las personas de fuera, se observaba bastante distancia entre las personas autóctonas de las personas migrantes. Entonces yo hice mi pandilla, que eran personas de fuera, alguno también era español, no digo que no hubiese ninguno, y a jugar con ellos a un partido de futbol que era un taller de deporte lo organizaba, Sevilla Acoge. A raíz de ahí los conocí, tendría unos 15 o 16 años, y ahora tengo 31, así así que empecé como adolescente en Sevilla acoge.

Luego estuve 3 años de voluntariado, teniendo una formación práctica, pude aprender de mucha gente, conocí muchos equipos diferentes. Y ahora estoy ejerciendo como integrador social, y me queda poco para terminar la carrera de educador social.

Fundación ACM: ¿En qué consiste tu trabajo en el día a día?

Morad Dahbi: El hecho de empezar como adolescente en Sevilla Acoge me ha otorgado un papel de referente porque al final, cuando llevas tantos años, has trabajado con niños y niñas que hoy en día son adolescentes, pero que lo conoces desde los 6 años y ellos también saben tu trayectoria. Entonces tengo más un papel de referencia para muchos niños, niñas, adolescentes y familias. El trabajo en sí consiste en realizar y preparar actividades, coordinar el equipo.

A mí realmente el trabajo que siempre me ha gustado hacer y en donde más destaco es en el trabajo de calle, en acompañar a los jóvenes. Me gusta mucho también hacer un trabajo más emocional, no solamente resultadista, que yo creo que es una cosa que ya deja de existir porque desgraciadamente los proyectos, solo buscan la foto, la firma y a tomar por saco, porque eso es una realidad. Así que mientras siga con ganas y con energía, pues espero hacerlo durante mucho tiempo.

Me gusta mucho estar en el barrio, estar en la calle, acompañar de la gente, conocer su situación, atender todas las demandas que se den. Porque hay mucha gente que llega y que no tiene ni idea de dónde están los recursos.

Fundación ACM: Se está hablando muy poco de la salud mental y de los problemas añadidos que puedan tener estos jóvenes. ¿Tú qué opinas?

Morad Dahbi Nuestros chavales están como en un estado de a punto de explotar, como que no se está cuidando en absoluto ese aspecto, y yo creo que la pandemia ha contribuido la verdad. Yo creo que todos en general estamos un poco más crispados, pero ya no me imagino las personas en esta situación y pues sobre todo los niños están lidiando con todas estas cosas. Es un tema que nosotros queremos trabajar aquí desde Sevilla Acoge porque también lo observamos. Es normal que este colectivo sea el más el más afectado, porque al final quien ha perdido más empleo dentro de todos los colectivos, son los inmigrantes. Y lo que les ocurre a los jóvenes inmigrantes es que dificulta su avance, su formación, el acceso al empleo. Si antes ya era mucho más difícil, pues imagínate después de la pandemia. La línea entre lo que te afecta y lo que no es cada vez más más finas.

Y eso no solamente se observa en este en este colectivo de jóvenes migrantes, sino que se observa en general. Pero sí es verdad que se acentúa mucho más ahí, porque esa gente ya viene con un bagaje negativo previo, ya vienen de situaciones muy complicadas. Además, tiene una experiencia de vida aquí en España, que es bastante dura porque al final pues viven en un centro, no están con sus familiares, no tienen redes y cuando salen a la sociedad para tener esa libertad, autonomía y tener el acceso a las mismas oportunidades que los demás, pues claro, se encuentran con esto. no. En fin, da pie a que se agrave todas sus preocupaciones y obviamente esto repercute mentalmente, emocionalmente, te genera más ansiedad, más preocupación.