Jónatas Faro Cleto, alumno del diploma de Experto Universitario en Sociedades Mediterráneas: Ciudadanía y cambios sociopolíticos en el Mediterráneo, y miembro del Consejo Mediterráneo de la Juventud, nos habla sobre la situación de las personas migrantes y refugiadas que llegan a Chipre, las rutas que eligen, los problemas que enfrentan en la sociedad y la implementación de las políticas gubernamentales, así como la situación de los menores que llegan al país y los desafíos que enfrentan en su integración.
Fundación ACM: ¿Puedes hablarnos de la situación de las personas migrantes y refugiadas que llegan a Chipre?
Jónatas Faro Cleto: Creo que la situación es muy similar a la del resto de Europa, y hay dos principales problemas. Uno son los obstáculos en la sociedad, la islamofobia y la xenofobia, que están en aumento como en el resto de Europa, con una adición en el caso de Chipre debido a la situación política del país y a la división entre el sur y el norte y la nacionalidad griega y la nacionalidad turca, lo que hace que aumente la islamofobia en la República de Chipre.
El otro problema es la diferencia entre las leyes y la práctica. Jurídicamente hablando la situación parece mejor de lo que realmente es porque no hay mecanismos reales de supervisión y monitorización que controlen la aplicación de la ley. En cuanto estadísticas, el informe más reciente es de 2021, por lo que no hay información relativa a las nuevas oleadas de refugiados procedentes de Ucrania, pero hasta esa fecha el mayor número de solicitudes de asilo de refugiados extranjeros en Chipre venía de Siria. El segundo grupo con más número solicitudes era de República Democrática del Congo, después Nigeria, seguido de Pakistán e India.
Fundación ACM: ¿Qué rutas son las que eligen las personas migrantes que llegan a Chipre?
Jónatas Faro Cleto: Vienen de Turquía, porque Chipre no está directamente en la ruta, así que llegan de Turquía al norte de Chipre y luego cruzan hacia el sur. Hay algunos barcos que también a veces van desde la costa de Turquía, pero la mayoría no viene en barcos como en el resto de Europa.
También hay algunas redes de tráfico de personas en Chipre. Hace algunos años el país tenía un gran problema de tráfico sexual de personas que no se resolvió del todo, pero ha disminuido. Actualmente hay redes de trata que explotan a las personas, sobre todo en el campo y los trabajos agrícolas, es una de estas cosas que todo el mundo sabe en Chipre. Hay grandes redes que traen gente del norte al sur para trabajar en los campos, en la mayoría de los casos en condiciones terribles, están casi en condiciones de esclavitud y sin documentación.
Hay un estudio de Proyecto Phoenix y compartido por la Comisión Europea sobre el impacto de COVID-19 en la población migrante y refugiada, pero que muestra también los problemas de la implementación de las políticas del Gobierno. Una de las conclusiones que surge del informe es que esta población ha quedado al margen de las acciones gubernamentales en la crisis, por lo que ha acabado siendo la sociedad civil la que ha proporcionado la ayuda y el apoyo necesarios. Hay fallos que existen en el sistema, sobre todo en relación con el acceso a la información proporcionada por el gobierno, la asistencia sanitaria, la asistencia jurídica y la educación.
Fundación ACM: ¿Cuál es la situación de los menores que llegan a Chipre?
Jónatas Faro Cleto: En el caso de los menores, se han detectado también algunos fallos. Se les asigna un representante desde los servicios sociales en el momento en el que llegan al país para representarles durante la entrevista inicial. El problema es que en la mayoría de los casos esos representantes que se nombra son funcionarios que no tienen suficiente conocimiento o formación en temas legales y de refugio. Así que los menores en muchos casos no están realmente representados durante la entrevista por parte del servicio social. Hay casos de denuncia de este sistema en los que los menores contaron que tenían familiares que viven en otros países europeos y los funcionarios no lo mencionaron en la entrevista. Una vez más, esto manifiesta que hay una gran diferencia entre la ley y su aplicación.
Otro de los problemas es que se trata de un sistema muy mecanizado que hace que sea difícil integrar a esos menores que vienen, muchos de ellos huyendo de la guerra. No tienen una red de apoyo realmente, pero sí muchas reglas. Por ejemplo, tienen un horario específico para comer y no pueden comer fuera de ese horario, y los oficiales que están trabajando allí no pueden darles comida si la piden porque tienen que seguir la norma. Según el sistema, están intentando integrarlos para que sigan ciertas normas, pero tienen que ser más flexible.
En el caso de Chipre hay otra circunstancia que es la presencia de la guerra, aunque sea un conflicto congelado, sigue estando muy presente. Por ejemplo, los niños que están en el centro de menores ven soldados todos los días. También todos los años en Nicosia se conmemora el día de la invasión en Chipre, y las sirenas antiaéreas empiezas a sonar a las 6:00 de la mañana.
La guerra fue hace 50 años, pero sigue presente y el ambiente es muy hostil, principalmente en la parte sur.
Fundación ACM: ¿Cuál es la zona que concentra más personas migrantes y refugiadas?
Jónatas Faro Cleto: En Nicosia sobre todo hay grandes comunidades de personas que vienen de India, Nepal, Bangladesh…Históricamente Chipre siempre ha recibido refugiados, hay una gran comunidad de chipriotas que son descendientes de los griegos que fueron exiliados en los años 20, y también una gran comunidad de armenios que escaparon durante el genocidio.
Fundación ACM: Con toda esa mezcla de culturas Chipre sí podría estar preparada para acoger a personas inmigrantes o refugiadas, o debería estar preparada…
Jónatas Faro Cleto: Sí, pero eso también es un problema. Aunque casi toda la gente que vive en la parte sur de Chipre sabe hablar inglés, uno de los problemas es que los funcionarios que trabajan con los migrantes y refugiados que acaban de llegar al país se niegan a hablar en inglés y les hablan en griego y les exigen que aprendan a hablar griego con la mayor brevedad posible. En teoría el idioma no debería una barrera, pero en algunas situaciones lo es. He visto estos casos especialmente con inmigrantes que llegan de India y de países africanos.
Fundación ACM: ¿Las personas que llegan a Chipre tienen facilidades para ir a otros países de Europa o se quedan en Chipre?
Jónatas Faro Cleto: En el caso de Chipre es complicado porque no forma parte del espacio Schengen. También hay grupos de personas que llegan al norte del país y ni siquiera pueden pasar a la parte sur. Por ejemplo, es el caso de comunidades de gente que viene de Haití o Colombia.



















