Adnan Almousa, atleta de 25 años, recibió un disparo en la espalda de un francotirador mientras volvía de comprar el pan en Homs (Siria), su ciudad, y quedó en silla de ruedas. Después de vivir unos años como refugiado en Líbano, donde empezó a participar en carreras con su silla, llegó a España en 2017 gracias a medios de comunicación catalanes que hicieron todo lo posible para que Adnan pudiera participar en el Maratón de Barcelona.
Fundación ACM: Tenías 14 años cuando te dispararon en tu ciudad. ¿En qué año ocurrió esto?
Adnan Almousa: Soy de Siria. Todo empezó cuando tenía 14 años, en 2012. Salí a comprar el pan a las 7 de la mañana, y a la vuelta empezaron manifestaciones contra unos militares en el pueblo. Empezaron los disparos y yo me había quedado en casa de mi abuelo que estaba muy cerca del horno, y mi casa estaba a la otra punta del pueblo, era un poco peligroso porque había un puente y los militares estaban allí y por el puente no podías caminar porque había disparos. Estuve como unas 2 o 3 horas en la casa de mi abuelo, y después cuando todo estuvo en calma ya pude salir, pero no se podía caminar junto a otra persona o en grupo en la calle, teníamos que ir solos.
Fundación ACM: ¿Incluso los niños?
Fundación ACM: Todos. Para cruzar el puente había una cola y teníamos dos minutos por persona para cruzar. Cuando llegó mi turno estaba cruzando cuando escuché un disparo y caí. No sabía qué había ha pasado, estaba en el suelo con mi bici, pero no podía moverme. La gente que estaba en la calle me vio, pero no pudieron acercarse a ayudarme porque les iban a disparar a ellos. Y yo intenté moverme, pero no podía, solo pude hablar y no sentía ningún dolor, hasta que un tío me tiró de los brazos y me arrastró. En principio solo vieron que había un poco de sangre por el cuello, pero cuando me quitaron la ropa se dieron cuenta de que la bala había entrado por la espalda, por debajo del hombro, atravesó un pulmón y fue por la medula espinal, los huesos cambiaron la dirección de la bala y rompió la clavícula y salió por el cuello. Era un francotirador.
Fundación ACM: ¿El objetivo del francotirador eras tú?
Adnan Almousa: Era yo, porque ellos disparan a cualquier persona. La guerra en Siria comenzó el 15 de marzo de 2011, y justo un año después, el 15 de marzo de 2012, ocurrió esto.
Fundación ACM: ¿Y te llevaron al hospital?
Adnan Almousa: Para llegar al hospital, que está en otra ciudad, tuve que cruzar ese mismo puente, y me llevaron mi padre y mi tío. Los que estaban vigilando el puente les hicieron dejar su documentación para poder pasar y llevarme al hospital. No me dejaron dormir en todo el camino hasta que llegué al hospital. Estuve en coma 3 o 4 días y cuando me desperté podía hablar un poco, pero estaba con una botella de oxígeno. Me operado del cuello, en los pulmones tenía una hemorragia interna, unos tubos que sacaban sangre otros que la metían…y muchos puntos en la espalda.
Unos 5 días después vinieron los militares al hospital, y dijeron que había que trasladar a todos los heridos de bala o en manifestaciones al hospital militar. El médico les dijo a mi padre delante de ellos que al día siguiente podía llevarme, pero cuando salieron le dijo “tienes que sacar a tu hijo hoy, si se lo llevan no vas a verlo otra vez”. Te dicen que te llevan al hospital militar, pero cuando estás ahí les dirán que has muerto por alguna enfermedad. No quieren dejar pruebas de que disparan. Esa misma noche me sacaron del hospital a casa de mi abuelo.
Fundación ACM: ¿Con los tubos y todo?
Adnan Almousa: Todo, una enfermera me daba medicinas durante 3 o 4 días en casa, pero necesitaba un hospital y máquinas y la casa no estaba preparada para algo así. Tuve que salir del país y el país más cercano era el Líbano, la frontera está dos horas en coche. El problema era que si veían que estaba herido de guerra no iban a dejarme cruzar, así que el médico me dio unos documentos para mostrar que la silla de ruedas la tenía desde el nacimiento, y tuve que tapar todos los tubos y cortes durante unas horas.
Cuando cruzamos todo iba bien hasta que tuve que cambiar de coche, ya que no podía entrar directamente al Líbano con el mismo coche. Cuando me cogieron de brazos para dejarme en el otro coche vieron todas las operaciones, porque había manchas de sangre y no pude tapar todo, pero no pudieron hacer nada porque ya estaba en el Líbano.
Fundación ACM: ¿Fuiste solo al Líbano?
Adnan Almousa: Estaba solo, con familiares de mi abuela que son del Líbano y mi abuela, que está allí.
Fundación ACM: ¿Te ingresaron en el hospital en Líbano?
Adnan Almousa: Entré al hospital, empezaron a hacerme otras operaciones para poner otros tubos. He estado con un tema de un virus en una habitación durante un año más o menos. Tenía un triángulo negro en mi habitación para que nadie pudiera entrar. Tenía un virus por la bala y cada herida que tenía se infectaba. Si no te mata la bala, dicen que te mata el virus.
Fundación ACM: ¿Qué tipo de balas son esas?
Adnan Almousa: Son balas especiales y no son legales en todo el mundo. Cada vez que me daban el antivirus se paraba el virus tres meses, luego se activaba de nuevo. Luego probaron otro medicamente y ya no se activó de nuevo, pero en la espalda tenía una herida muy grande por este tema y tardó más de un año en curarse. Una vez me hicieron una foto donde pueden ver la columna. Esa herida no puede cerrarse sola, se tiene que coser con tipo de carne parecida a la carne humana, como una tapa, y durante entre 15 días, un mes se cura. Es la única manera que pueden hacerlo. Mi familia llegó unos 3 meses después.
Fundación ACM: ¿Quién se estaba haciendo cargo de todos los tratamientos?
Adnan Almousa: Durante el primer año había una fundación de Catar que se ocupaba de los heridos en mala condición. Eso fue durante unos 7 o 8 meses. Después mi padre tenía unos ahorros, y pagó el antivirus que me ponían.
Después me dijeron que tenía que hacer fisioterapia porque tenía no podía moverme muy bien, y empezar a vivir en la silla de ruedas, adaptarme a la vida para ser independiente. Yo no aceptaba que la gente me viera, ni me visitara, solo mi familia, e iba del hospital a la habitación y de la habitación al hospital. En total he estado dos años entre hospitales y casa. No aceptaba mi vida, lo hacía por hacer, pero no quería seguir.
Cada vez que le preguntaba a los médicos cuándo iba a volver a caminar decían que teníamos que esperar una temporada para ver. Con el tiempo ya supe que no iba a volver a caminar, aunque no me dijeran nada, ya empecé a saber qué estaba pasando.
La fisioterapeuta me dijo que había un equipo de basquetbol, que si quería participar y jugar. Dije que sí pero nunca había visto básquet en silla de ruedas. Ves gente como tú, que están en silla de ruedas, puedes hablar con ellos… Empecé a hacer unos movimientos y era muy difícil, no sabía cómo moverme. Los entrenadores eran muy amables, y empecé a aceptar un poco la situación.
Empecé a vivir y a hacer deporte, salir, hacer unas carreras de 10 km. En la primera carrera que hice en Beirut quedé en tercera posición. Desde ese día empecé a hacer entrevistas con periódicos y con una periodista de aquí de Cataluña, Txell Feixas. A través de esta entrevista me invitaron a hacer un maratón en Barcelona. Era mi primer maratón no sabía que son 42 km, y yo había hecho como 20 km a 25 km en mi vida. Ellos me ayudaron a conseguir pasaporte y el visado para llegar aquí, en una semana se arregló todo.
Fundación ACM: ¿Viniste solo o con algún familiar?
Adnan Almousa: Sí, vine con mi padre porque no podía venir solo. En 2017.
Fundación ACM: ¿Y cómo fue la experiencia del maratón?
Adnan Almousa: Cuando me dijeron que eran 42 km, dije que lo iba a intentar, pero no estaba seguro si lo iba a acabar o no. Había una persona conmigo si necesitaba ayuda y me ayudó un poco en algunos momentos.
Cuando acabé el maratón estábamos tomando café con la gente que me había ayudado, como Raul Romeva, y me dijeron que al día siguiente tenía que volver al Líbano. Les pregunté si tenía posibilidades de quedarme en España, y me dijeron que tenía todo el derecho, podía ir a una comisaría y pedir refugio, pero iba a ser un problema con la gente que me ayudó, los políticos que me ayudaron a venir aquí dieron su nombre y tenían un compromiso de que volvería. Entonces Raul Romeva me dijo “si vuelves ahora al Líbano, te doy mi palabra de que te ayudaré para que vuelvas aquí e intentaré que venga tu familia”.
Volví al Líbano y estuve cuatro meses hasta que un día me llamó un traductor para decirme que Raul Romeva iba a ir a verme a mi casa. Entre Raúl y la ONG Inara, que ayuda a niños heridos de guerra en todo el mundo, me consiguieron otro visado a cualquier país europeo para un año, pero solo para mi padre y para mí, mis madre y hermanas tuvieron que quedarse.
Fundación ACM: ¿Cuándo llegasteis a España?
Adnan Almousa: Llegamos mi padre y yo el 1 de octubre de 2017, y la calle estaba llena de manifestaciones y policías. Dormimos una noche en la casa del traductor y al día siguiente buscamos billetes para Holanda. Estuvimos 6 meses en Holanda y tuvimos que volver a España porque el visado que teníamos era del consulado español.
En Madrid, en el Departamento de los refugiados entre entrevistas los policías me preguntaron “¿a dónde quieres ir? ¿tienes familia aquí¿ ¿conocidos? “Raúl no estaba fuera, estaba en la cárcel con 15 personas más por el tema de la independencia.
Me preguntaron dónde quería ir y yo dije que a Barcelona porque que conocía un hospital, el Goodman, que está especializado en personas que tienen discapacidad y ya me conocen, porque hice entrevistas con ellos por el maratón. Me enviaron a Manresa, no era Barcelona, nadie nos esperó en la parada y teníamos que ir a la otra punta.
Al entrar les pregunté si tenían dos habitaciones para dos personas, no podía estar con 12 personas en una habitación de 2×2 metros, necesito una habitación por la silla. Fuimos a hablar con la directora y conseguimos arreglar otra habitación para mí. En este centro de refugiados estuve 8 meses aprendiendo idiomas y cultura catalana. No fue fácil porque eran dos idiomas a la vez.
No ha sido fácil, había mucha gente de Latinoamérica y Ucrania. Eran 3 fases de 6 meses, una fase y a partir de 6 meses puedes buscar una casa para alquilar y salir del centro. Estuve 3 meses buscando una casa en este pueblo con ascensor, puertas anchas para poder entrar. Al final, hemos encontrado una casa y la hemos arreglado, puedo entrar con mi silla, pero no ha sido fácil.
Mi padre trabajaba de peluquero, porque tenía que trabajar y enviar dinero a mi madre y a mis hermanas, pero no le hacían contrato y sin contrato no podíamos solicitar la agrupación familiar. Así que abrimos una peluquería con unos amigos que hemos conocido aquí, y empezamos a tramitar los documentos para que venga mi familia. Llegaron en 2021, después del COVID.
Fundación ACM: ¿Y cuántos hermanos tienes?
Adnan Almousa: Tengo 6 hermanas, pero aquí están cuatro. Y dos hermanas están todavía en el Líbano, están casadas allí y tienen hijos.
Fundación ACM: ¿Cuántos años tienen tus hermanas que están aquí?
Adnan Almousa: Una tiene 19 años, otra 17, otra 15 y otra 10.
Fundación ACM: ¿Cómo ha sido su llegada aquí y la adaptación al país?
Adnan Almousa: Mis hermanas llegaron en el verano de 2021. En ese momento mi padre ya tenía trabajo y se dedicaron a conocer un poco el país durante uno o dos meses, para después ya empezar a estudiar. Una de mis hermanas tiene 19 años y tiene el bachiller del Líbano, así que enviamos la documentación traducida al departamento de homologación en Cataluña, pero todavía estamos esperando.
Y la que tiene 17 años, ahora está en primero de bachiller, el año pasado estudió cuarto de eso, la ayudaron con el idioma y le daban cursos de catalán por las mañanas y castellano por la noche. Le ha costado un poco más este año, y hacer amigos es complicado porque hablan en catalán, pero lo está haciendo bien. Y las de 15 y 10 años nos ha costado un poco encontrar un lugar donde inscribirlas, pero con la ayuda de la seguridad social hemos podido encontrar colegios, porque no pueden dejaras sin escolarizar.
Al principio, no les gustaba nada, ni a mi madre ni a mis hermanas. Todo era nuevo, han dejado toda su vida en el Líbano. Han estado viviendo allí 10 años, yo solo he estado 5 y los primeros meses costaron un poco, siempre decían que querían volver y que no querían estar aquí.
Ellos no han vivido lo que hemos vivido nosotros. No han estado en un centro de refugiados, gracias a Dios no han visto todo eso. También en Holanda estuvimos en una especie de cárcel, donde no se podía salir ni entrar por ser de Siria
Fundación ACM: Cuando viniste desde Ámsterdam, estuvisteis en Madrid y os mandaron a un centro de refugiados con la policía. Y tuvisteis que hacer trámites. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿La policía os ayudó o tuvisteis que buscar traductores?
Adnan Almousa: Cuando llegué al aeropuerto de Madrid pensaba que iba a encontrar a alguien que hablara inglés o un traductor. El piloto tenía mi pasaporte, porque era inmigrante, me enviaron desde Holanda a España, le dieron mi pasaporte al piloto para que no saliéramos de allí. Vino la policía y nos llevaron a unas jaulas del aeropuerto durante unas tres horas, vino un coche y nos llevaron a otro lugar. Era un hostal, nos dejaron allí y todavía tenían nuestros pasaportes.
Tenía que hablar un poco de inglés y ellos hablaban español, no había traductor. En el hostal había gente de todo el mundo y había un chaval que me ayudó a traducir un poco a la encargada del hostal de Cruz Roja. Nos dieron dos camas en una habitación, tenía que quedarme unos días allí para seguir los trámites de la policía, de la Oficina de Asilo. Les pregunté dónde estaba mi pasaporte, y me dijeron que la policía lo enviaba directamente allí y no me lo podían devolver. Tuvimos que esperar 20 días para conseguir cita para las entrevistas, tuvimos 3 entrevistas. Cuando estas en la oficina hay un traductor, pero cuando sales no, si tienes que hablar con alguien del hostal, tienes que buscarte la vida. Te dan 50 euros al mes por si quieres comprar algo tuyo. Estuvimos 40 días para las entrevistas, pero solo había traductor en el departamento de Asilo.
Fundación ACM: ¿Cuándo solicitasteis vuestro permiso de refugiado os pusieron muchos problemas o fue fácil?
Adnan Almousa: Nos dijeron que tardaría entre 3 y 6 meses, pero tuvimos que esperar hasta un año. Cada tres meses me renovaban la Tarjeta roja, que demuestra que estoy aquí de manera legal. Han tardado 8 meses para decirme que podía solicitar la residencia. Una vez que ya teníamos la residencia mi padre pudo solicitar la reunificación familiar. Tuvimos que pagar una abogada, porque la abogada de oficio tenía una cola de 2 años. Ellas no tuvieron problemas, pero nosotros sí.
La agrupación familiar va a nombre de mi padre, si mi padre pierde la residencia, mis hermanas ya no la tienen. Están a nombre de mi padre.
Fundación ACM: ¿Cómo fue la relación con la gente de aquí de España? ¿Habéis sufrido racismo en algún momento?
Adnan Almousa: La gente ha sido muy amable, un poco encerrados entre ellos porque es como dicen, se conocen las familias y son amigos desde niños, y es complicado tener amigos de aquí. Mientras estaba buscando una casa de alquiler no fue fácil porque no hablaba casi nada de español, hasta el cuarto mes no empecé a ir a clases de castellano.
Encontramos un piso que estaba bien y cuando fuimos a verlo el chico nos preguntó si éramos árabes, y al decirle que sí, nos dijo que no alquilaba la casa a personas árabes. Esa fue la única vez que me han dicho algo así a la cara.
Fundación ACM: ¿En Siria seguís teniendo familia?
Adnan Almousa: Tenemos amigos y familiares lejanos. Mis tíos y tías casi todos están en el Líbano. La guerra lleva ya 11 años.